La disputa por la soberanía de Ceuta y Melilla entre Marruecos y España es un tema recurrente en la diplomacia hispano-marroquí. Es decir, es frecuente preguntarse por qué Marruecos reclama Ceuta y Melilla. Sin embargo, al analizar los argumentos marroquíes y contrastarlos con la historia, el derecho internacional y la voluntad popular, queda claro que las reclamaciones de Marruecos carecen de una base sólida. Ceuta y Melilla son, indiscutiblemente, españolas.
Historia de Ceuta y Melilla: Una presencia española secular
Ceuta fue conquistada por Portugal en 1415 y pasó a soberanía española en 1580 con la unión de ambas coronas. Melilla, por su parte, fue anexionada por España en 1497. Esto significa que ambas ciudades han sido españolas durante más de cinco siglos, mucho antes de la existencia del Estado marroquí moderno. Marruecos, como entidad política, solo adquirió su independencia en 1956, por lo que no puede argumentar que estos territorios le fueron arrebatados.
A diferencia de otros territorios que fueron descolonizados en el siglo XX, Ceuta y Melilla nunca formaron parte de un Marruecos independiente. Su inclusión en la soberanía española no es un legado colonial, sino el resultado de hechos históricos ocurridos cuando ni siquiera existía el actual Estado marroquí.
Derecho Internacional: Una soberanía indiscutible
Uno de los argumentos clave de España es que Ceuta y Melilla no son colonias, sino parte integral del territorio español. En derecho internacional, la descolonización solo aplica a territorios sometidos a un dominio extranjero sin su consentimiento, lo cual no es el caso. Naciones Unidas ni siquiera considera a Ceuta y Melilla en su lista de territorios pendientes de descolonización.
También es importante resaltar que, a diferencia de Gibraltar, donde el Reino Unido administra un territorio sin continuidad geográfica con su país, Ceuta y Melilla son ciudades plenamente integradas en España. Sus habitantes son ciudadanos españoles con los mismos derechos que los de cualquier otra región del país, lo que refuerza su carácter nacional y aleja cualquier comparación con situaciones coloniales.
Voluntad Popular: Los habitantes eligen ser españoles
Otro aspecto fundamental es que la población de Ceuta y Melilla no desea formar parte de Marruecos. Sus habitantes tienen plena ciudadanía española, se benefician de un alto nivel de autonomía y disfrutan de los derechos y garantías democráticas del Estado español. No existe un movimiento significativo dentro de estas ciudades que abogue por la anexión a Marruecos.
Este punto es crucial, ya que en derecho internacional el principio de autodeterminación juega un papel fundamental en las disputas territoriales. En diversas ocasiones, los ciudadanos de ambas ciudades han manifestado su clara voluntad de seguir siendo españoles. Pretender forzar un cambio de soberanía en contra de la voluntad popular no solo es ilegítimo, sino que también iría en contra de los principios democráticos.
Los argumentos marroquíes: una reclamación infundada
Marruecos basa su reclamación en una supuesta integridad territorial y proximidad geográfica. Sin embargo, estos argumentos son débiles. La proximidad geográfica no es un criterio reconocido en derecho internacional para la soberanía de un territorio. Siguiendo esta lógica, Marruecos podría reclamar Canarias o Portugal podría exigir el retorno de Olivenza.
Además, Marruecos argumenta que en la época precolonial estas zonas estaban bajo influencia de los sultanes marroquíes. No obstante, el dominio efectivo marroquí sobre estas ciudades antes de la llegada de España era débil o inexistente. Incluso si alguna vez hubieran estado bajo control de dinastías norteafricanas, esto no justifica una reclamación en el presente, de la misma manera que España no reclama territorios que en el pasado formaron parte de su imperio.
Factores geoestrategicos y económicos
Ceuta y Melilla tienen un enorme valor geoestratégico. Su posición en el Estrecho de Gibraltar otorga a España y la Unión Europea un punto de control clave en el tránsito marítimo entre el Atlántico y el Mediterráneo. Marruecos podría estar interesado en su control no solo por razones históricas, sino también para aumentar su peso geopolítico en la región.
En el ámbito económico, Marruecos ha mostrado en repetidas ocasiones hostilidad comercial hacia estas ciudades, dificultando el comercio transfronterizo y cerrando unilateralmente las aduanas para presionar a España. Estas acciones refuerzan la idea de que Marruecos busca el control de Ceuta y Melilla no para integrarlas de forma armónica, sino para explotarlas en su beneficio.
Conclusión: Una reivindicación sin sentido
Marruecos no tiene una base histórica, jurídica o política para reclamar Ceuta y Melilla. Estas ciudades han sido españolas durante siglos, su población desea seguir siéndolo y el derecho internacional respalda la soberanía de España. La insistencia marroquí en esta cuestión no responde a una reivindicación legítima, sino a una estrategia política y geoestratégica que busca presionar a España en otros ámbitos.
La mejor solución para ambas naciones es fortalecer sus lazos de cooperación en seguridad, economía y política migratoria, en lugar de mantener disputas sin fundamento que solo generan tensiones innecesarias. España, por su parte, debe reafirmar su compromiso con la defensa de su integridad territorial y la protección de los derechos de sus ciudadanos en Ceuta y Melilla.
Si quieres visitar Ceuta, una ciudad plenamente española, consulta los horarios de barco y el tráfico marítimo del Estrecho.